Museo Ferroviario de Ovalle |
El primer tren del Valle del
Limarí comenzó su recorrido entre Tamaya y Tongoy, cuando Ovalle, la ciudad
capital de la provincia, contaba con poco más de medio siglo de vida.
Hacia 1860 el Parlamento chileno
aprobó la ley que daba privilegio exclusivo al pionero de la minería, el
empresario José Tomás Urmeneta, quien aspiraba a construir una línea férrea que
uniera Ovalle con el entonces puerto de Tongoy, con el propósito de llevar el
cobre extraído en la mina Tamaya, donde la línea conectaba un ramal.
Pasó un lustro, y en 1865 se
formó la Tongoy Railway Company Ltd., que administraba el tren entre Ovalle y
Tongoy construido por Henry Meiggs, gracias a un acuerdo con José Tomás
Urmeneta. Meiggs fue también constructor de los ferrocarriles entre Maipo y San
Fernando, y entre Quillota y Santiago, en el sur y centro del país.
El siguiente paso en la red
ferroviaria en la zona del Limarí, fue dado por el Presidente José Manuel
Balmaceda frente a la calle Socos en Ovalle, al poner la primera piedra del
trazado que debía unir a la ciudad con el pueblo de San Marcos, ubicado en la
precordillera, cerca de Montepatria, el 23 de marzo de 1889.
Sin embargo, deberían pasar aún
algunos años, hasta que el día de la Navidad de 1908 llegara a Ovalle el primer
tren, que venía desde el puerto de Coquimbo. Pocos meses después, recién llega
el primer tren procedente de Tongoy, el 18 de marzo de 1909.
Pronto la zona del Limarí quedó conectada por la vía férrea al resto del país, cuando en 1913, bajo el gobierno del Presidente Ramón Barros Luco, se inauguró la vía Longitudinal, que recorría Chile de norte a sur, atravesando desde Tarapacá hasta Llanquihue.
Este gran proyecto nacional,
requería contar con maestranzas, capaces de reparar y mantener las máquinas a
vapor que debían recorrer enormes distancias a lo largo del país. Para ello se
estableció una en Puente Alto, cercana a Santiago; y otra encargada de la red
de todo el norte, que se instaló en Ovalle en 1913.
La Maestranza de Ovalle constituyó un polo de desarrollo de todo el Valle del Limarí, acogiendo a varias generaciones de maestrancinos, que desarrollaron su vida en el entorno cercano, en el sector denominado Población Maestranza, con hermosas casas que aún se conservan.
Recién en 1935 se inaugura la Estación de Ferrocarriles de Ovalle, de un estilo arquitectónico distintivo que ameritó su conservación, tras el cierre del tren al norte y el levantamiento de los rieles, en 1995.
Actualmente la Estación alberga
al Centro Cultural Guillermo Durruty Álvarez, fundador del Museo del Limarí,
que se ubica en estas dependencias. Este destacado médico llegó a la zona
precisamente como médico de Ferrocarriles del Estado.
Galpón de la antigua Maestranza de Ovalle |
En el sector de los galpones de
la antigua Maestranza se encuentra la Feria Libre de Ovalle, y es posible
acceder a un Museo de sitio sobre la historia del ferrocarril en el valle del
Limarí, instalado en un antiguo vagón de tren. Las fotografías antiguas que
aquí se reproducen, corresponden a algunas de las expuestas en este museo.
http://cultura.municipalidaddeovalle.cl/?page_id=795
También aún es posible encontrar, en diversas partes de la antigua vía, los testimonios de la magnífica obra de los ingenieros de ferrocarriles, que permanecen como monumentos imperecederos, resistiendo los desaires de los hombres y las inclemencias de la naturaleza, terremotos o temporales; como este majestuoso puente ferroviario en el sector La Colorada, entre Combarbalá y La Ligua de Cogotí. Aparte de su sobria belleza, lo más impresionante es que aunque desde la carretera parece recto, en realidad su curvatura lo convierte en una obra maestra de la ingeniería de comienzos del siglo XX.
Fotografía: Fernando Durruty Corral |
Fotografía: Fernando Durruty Corral |
Durante la década de 1950, al fundarse la Línea Aérea Nacional de Chile, el aeródromo de Tuquí comenzó a recibir vuelos regulares, que conectaban a Ovalle con el resto del país.
En la ciudad, el entusiasmo de algunos de sus ciudadanos llevó a la formación del Club Aéreo de Tuquí, cuya tradición se mantiene hasta la actualidad,
Buena información, buenas imágenes y la tristeza por todos los esfuerzos perdidos.
ResponderEliminarMientras en países desarrollados,la cultura del ferrocarril está cada día más avanzada, en el nuestro se deshecha este patrimonio; que permitió en su momento una serie de beneficios sociales y económicos.Se habla y se hacen gárgaras con el tema del turismo y no se considera a este elemento de conectividad para potenciarla industria del turismo y la exploración de nuestro país, sobre todo en aquellas zonas donde aún el trazado existe junto con lo que queda de sus instalaciones ferroviarias.
ResponderEliminarChile, país Jurel tipo Salmón.
Es claro que de alguna forma se le debía pagar a Villarino y sus muchachos, por los servicios cumplidos. El pago consistió en eliminar Ferrocarriles del Estado. Una decisión irracional, pues todos los países desarrollados, esto es; Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia e Inglaterra hicieron crecer fábricas y polos urbanos alrededor de las lineas de trenes.
ResponderEliminarImpresionante la miopia y lo pobre de los talentos de quienes han dirigido los destinos de nuestros pueblos,alcaldes,diputados,senadores y hasta presidentes...cero gracia...un patrimonio mas perdido nuestras li eas y trenes
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