Limarí Humano y Divino
La influencia de la
espiritualidad de la Iglesia Católica, se manifiesta de múltiples maneras en la
cultura popular del Valle del Limarí, enriqueciendo su patrimonio humano, tangible e intangible.
Bailes Religiosos
El 26 de noviembre de 2014 Los bailes religiosos
o bailes chinos de Chile fueron reconocidos por el
Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la UNESCO como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Fiesta de San Pedro - Caleta El Toro |
En el caso del Valle del Limarí, son reconocidos los
bailes chinos que participan en la Fiesta del Niño Dios de Sotaquí, cada 6 de
enero desde el siglo XIX, y muchos de ellos también son fervientes devotos de
la Virgen de Andacollo, y en otras fiestas como la Procesión de San Pedro en
caletas de pescadores.
Desde Valparaíso al norte, Chile
cuenta con hermandades o cofradías, agrupadas en asociaciones y lideradas por
un cacique, que se toman muy en serio su práctica devocional, contando con a lo
menos tres tenidas cada agrupación y practicando varios meses antes de la
fiesta religiosa en que participarán.
Los bailes chinos
constituyen en verdadero sincretismo religioso, entre las tradiciones
ancestrales de los pueblos originarios y las doctrinas religiosas de la Iglesia
Católica.
Animitas
A la vera del camino, por toda la zona del Limarí, se encuentra el colorido homenaje de los deudos de parientes o amigos fallecidos en la ruta (Fotos arriba: Ruta 45). Algunos son sencillas cruces y otros sofisticadas construcciones, que han devenido en un verdadero arte.
Ruta Punitaqui-El Altar |
Camino Punitaqui-El Altar |
Cada cierto tiempo, en las fechas relevantes para el difunto, llegan hasta la “animita” quienes le recuerdan con afecto, para depositar flores, renovar las que se han deteriorado, regar alguna planta que logre sobevivir o repasar la arquitectura que cobija la memoria del ser querido.
Muchos también incorporan banderas de Chile, e incluso de sus clubes deportivos favoritos, otorgando a las “animitas” un colorido que es imposible ignorar al transitar por los caminos y carreteras de la zona.
Ruta 45: Ovalle-Socos |
Virgen de la Piedra
La Isla, un diminuto poblado de
la comuna de Combarbalá ubicado cerca del embalse Cogotí, cada año es invadido
por una multitud de peregrinos agradecidos o agobiados que vienen a rendir
homenaje o a pedir un milagro a la Madre de Dios frente a una constitución
rocosa que, desde lejos, asemeja la imagen de la Virgen.
La tradición popular cuenta que
la Virgen fue descubierta por un hombre del campo o de las minas hace ya más de
cien años y, en la actualidad, su devoción crece se manifiesta y crece cada primer domingo de mayo.
Cementerio de Tamaya
El pueblo de Tamaya -al poniente de la ciudad de Ovalle- fue un centro
económico de la Provincia del Limarí, cuando se desarrollaba la actividad
minera en el socavón del mismo nombre, y que en su época de mayor producción
fue una de las minas de cobre más grandes del mundo, con su tren propio que
llevaba el mineral hasta el puerto de Tongoy.
Una poderosa imagen de ese
esplendor del pasado aún se conserva en el Cementerio de Tamaya; un lugar
abierto –sin muros- en que los habitantes del pueblo de ayer y de hoy, han
construido características tumbas y mausoleos, de vivos colores y, muchos de
ellos, con forma de iglesias que recuerdan la devoción mariana popular a la Virgen de Andacollo.
Vía Crucis en Ovalle
El tradicional Vía Crucis con que
el pueblo católico ovallino recuerda la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret cada Viernes
Santo, se ha visto enriquecido los últimos años con una representación del largo
camino al Calvario, en que los vecinos pueden ver sufrir a un Salvador de carne
y huesos, cayendo con la Santa Cruz a cuestas.
Fotografía: Francisca Durruty Telchi |
Fotografía: Francisca Durruty Telchi |
Fotografía: Francisca Durruty Telchi |
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