Vista hacia el sur, desde el mirador en la cumbre más alta de la ruta Antakari. |
Antakari es una ruta cordillerana que une el valle de Río Hurtado, en la Provincia del Limarí, con la ciudad de Vicuña, en el Valle del Elqui, y ha sido recorrida desde tiempos inmemoriales. Primero fueron los pueblos originarios de la zona, como los Molle y Diaguitas, luego siguieron sus pasos, los Incas y los conquistadores españoles. Actualmente es un lugar de soledades, cerca de las montañas y del cielo para aventureros que se atreven a emprender el recorrido, de preferencia, desde la primavera hasta las primeras lluvias del otoño, que lo vuelven casi intransitable.
La ruta completa incluye Andacollo, Samo Bajo, Hurtado y, desde ahí, 91 kilómetros de paisajes sobrecogedores, mientras el camino se empina entre cerros y quebradas, hasta llegar a Vicuña, en cuyas proximidades comienzan a verdear las laderas plantadas con vides.
Una vertiente que da vida. |
En medio de ambas localidades –Río Hurtado y Vicuña- sólo de vez en cuando es posible cruzarse con otro automóvil, y divisar en alguna que otra vertiente, un cabrerío, propiedad de algunos de los crianceros que constituyen los escasos residentes de las proximidades del camino de tierra y piedras.
Al parecer Antakari es un toponímico que proviene de las palabras Anta –del quechua cobre o metal rojo- y Kari –que significaría varón de varones, o jefe, aunque es una palabra cuyos orígenes se desconocen-, y, en efecto, los cerros sorprenden con sus colores cobrizos, y el hombre que habitó o habita en esas latitudes, es en la práctica un señor de sí mismo, dueño de un universo de montañas solitarios y cielos estrellados.
Al fondo, hacia el poniente de la ruta y arriba, El Tololo, |
Tanto así, que al poniente de esta ruta, que se encuentran varios observatorios astronómicos, el más importante y conocido de ellos, y que se divisa desde la ruta, es El Tololo.
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